"En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios, todo se hizo por ella y sin ella nada se hizo"Jn 1,1-3b

domingo, 3 de noviembre de 2013

Ese Zaqueo y su historia


Un pequeño aporte al Evangelio de ayer domingo (Lc 19,1-10)

La historia de Zaqueo solo la cuenta Lucas, y lo hace con la genialidad y magistralidad que su pluma tiene a la hora de contar la vida de Jesús. Jesús sigue camino a Jerusalén, eso es el evangelio de Lucas un constante caminar y aplica a Jesús esa idea, lo ubica en Jericó una ciudad hacia el noroeste del Jordán y que está a unos 23 kilómetros de Jerusalén, de hecho es la última ciudad que había que cruzar antes de llegar a la Ciudad Santa, es decir el encuentro entre Jesús y Zaqueo se da en el último momento, pero la cosa es, que se da.

Muchas son los elementos que llaman la atención de este texto, quiero compartir tres de ellos:

·         El hecho que Zaqueo sea un publicano, peor aún el jefe de los publicanos. Recuérdese que los publicanos eran los judíos que servían al imperio romano como cobradores de impuestos, nada traicionaba más la identidad judía que trabajar para el imperio. Los publicanos seguían las leyes romanas que entre muchas cosas indicaban que si un judío no podía pagar los impuestos debía pagar con sus bienes y en algunos casos con sus hijos, en otras palabras, le robaban a sus mismos hermanos, por eso luego Zaqueo querrá enmendar su pecado; recordemos también que el mismo Jesús había ya hablado fuerte de los publicanos, léase Mt 5,46. En todo caso Jesús tenía consigo un ex - publicano, Mateo.

 

·         Jesús le llama por su nombre. El ejercicio es interesante, Zaqueo sabe que Jesús está en la ciudad y le busca, pero es muy pequeño, hermosa imagen que usa Lucas para mostrar que en ocasiones el pecado parece disminuirnos ante los demás; Zaqueo lucha por ver a Jesús y se sube en un sicómoro, que es una higuera salvaje, nada cómoda de paso, lo que muestra que el pecado siempre ha de poner dificultades a quien desea la conversión. Jesús vuelve su mirada sobre Zaqueo y lo llama, como si lo conociera de mucho tiempo y lo interpela “Zaqueo, baja pronto”, Jesús le llama a salir de esa posición incómoda en el sicomoro y encontrarse con él; hay una palabra escondida “es preciso que hoy” o en algunas traducciones “conviene que hoy”, el verbo utilizado en la versión griega es “dei”, este verbo solo es utilizado cuando se desea manifestar una voluntad divina y diferenciarla de un deseo humano. Cuando Jesús le dice a Zaqueo “es preciso (dei) que en tu casa me quede” no es un deseo simple es una parte fundamental del texto pues Jesús ya conoce el corazón de Zaqueo ya sabe porque trabajó tanto para llegar a la higuera salvaje y quiere responder a la fe de Zaqueo, Jesús se queda con Zaqueo no porque este lo buscase, sino porque Jesús lo llamó.

 

·         El efecto de la ley de la restitución: A lo largo del Pentateuco la ley establece el castigo que debía de imponerse a alguien si robaba algo a un hermano (cf. Ex 22,1.3.6; Lv 5,21-24; Nm 5,6-7) solo para dar un ejemplo en Ex 21,37 dice “Si uno roba un buey o una oveja y los mata o vende, restituirá cinco bueyes por el buey y cuatro ovejas por la oveja”. Lo que Zaqueo hace al decir “Señor voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraude a alguien, le devolveré cuatro veces más”, no es una ocurrencia porque Jesús estaba con él, Zaqueo conoce la Ley y conociéndola con tal de recibir el perdón está dispuesto a hacer más de lo que la ley le pide, incluso la ley romana. Jesús conocedor también de la ley se da cuenta de la sinceridad de Zaqueo, quien está dispuesto a ir más allá y lo premia con lo más sagrado para un judío, volver a ser llamado “Hijo de Abraham”, era por ese honor de ser hijo del gran patriarca que se entraba dentro de la Alianza con Dios, y Jesús “restituye” ese honor en la casa de Zaqueo, es el premio por su sincera conversión.

 

Al margen del texto quedan quienes al ver a Jesús entrar con Zaqueo a su casa no tienen más que palabras de repudio “Ha ido a hospedarse a casa de un pecador” (v.7b) a quien Jesús en la pluma de Lucas responde con sutileza de forma indirecta cuando dice Jesús hacia el final del texto “el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido” (v.10).

El pecado nos ata, nos contiene nos hace incapaces de vivir la gracia de Dios porque nos disminuye (nos hace pequeños como Zaqueo), para superarlo es necesario entrar en un camino difícil en el que hay que subir higueras o escuchar la crítica de los demás, pero cuando la decisión de conversión está tomada y se lucha por ella, lo siguiente es el llamado que Cristo nos hace por nuestro nombre, y allí entonces la voluntad salvífica de Dios (dei) se quedará con nosotros para siempre, a cambio de estar dispuestos a un cambio de vida total (hacer más de lo que se pide, como hizo Zaqueo).

El encuentro personal con Cristo no es emoción de un momento, es un “algo” tan impactante que marca a quien lo vive para siempre, es un “algo” que no puede describirse solo vivirse; Zaqueo en su libertad toma la iniciativa de ir a buscar a Jesús y antes de que él lo encuentre ya Jesús lo estaba llamando por su nombre, porque Cristo nunca se ha ido, solo se aparta mientras que nosotros no queramos que este, pero cuando nuestro corazón sale a buscarle inmediatamente Él nos llama por nuestro nombre.

El perdón existe para todos, hoy quizás no hablemos de publicanos, pero ciertamente existen otros grupos que marginamos, los hacemos sentir que Dios no tiene amor para ellos por su pecado, los diferenciamos de nosotros, los invisibilisamos por su pecado, hacemos las veces de ese pueblo que se escandalizó cuando Jesús entra a casa de Zaqueo, porque es fácil pensar en que Dios ama y perdona a quien piensa como yo, pero nos es difícil aceptar que lo haga con quien “es diferente”, razón lleva el Papa Francisco al decir “Cuando alguien se acerca a la Iglesia debe encontrar las puertas abiertas, no fiscales de la fe”.

Valdrá la pena, reflexionar a partir de esta bella historia de Zaqueo, no para martirizarnos por ser “tan viles y míseros pecadores” discurso que lamentablemente hoy se escucha aún entre los cristianos, olvidando la gracia de la salvación que ya opera en nuestras vidas, sino más bien dando un tiempo para analizar cuanto muestro diariamente mi experiencia con el Resucitado, cuanto estoy dando por ello o será que ya me acomodé y estoy en una zona de confort; pero creo que uno de los llamados más importantes es a analizar que actitud estoy tomando con aquellos grupos que quizás pensando diferente a mí, también tienen derecho a ser amados, tomando las palabras de Francisco PP. ¿estaremos siendo fiscales de la fe?.

Dios nos conceda la sabiduría para como Zaqueo vivir intensamente la experiencia de su amor.

Paz y Bien

JAVC.

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