Mateo es el responsable de
hacernos llegar el texto y este pequeño detalle ya influye en lo que se nos
está tratando de decir. El evangelio de Mateo es un texto escrito con un
destinatario muy claro: judeo-cristianos, es decir judíos que se habían
convertido al cristianismo y que por tanto conocen bien los Textos Sagrados
(Antiguo Testamento, para nosotros).
Como este destinatario conoce
bien los Textos Sagrados el autor va a echar mano a un recurso literario muy
común entre los judíos que se llama: midrash. Esta técnica literaria consiste
en tomar conceptos de otros textos para justificar una idea que se desea
exponer, en el caso de Mateo 2, 1-12 la mayoría de autores coinciden en que la
principal intención de Mateo es mostrarle a sus lectores como “Jesús el Mesías fue rechazado por los
judíos pero aceptado por los gentiles”[1], recordemos que el Ev. de Mateo
es escrito hacia los años 80 y 90 así que ya ha pasado mucho tiempo de
catequesis oral, por tanto el texto no se preocupa por decir como fue el nacimiento
sino lo que significó ese nacimiento.
Así de primera entrada podemos
decir que el texto de Mt 2,1-12 es un midrash, es decir un texto diseñado para
fortalecer una idea que como vimos en este caso es la del rechazo de Jesús por
parte de los judíos, para elaborar este midrash Mateo hecho mano de varios
Textos Sagrados: de Nm 22-24 probablemente se halla inspirado para el tema de
la estrella (sin que sea la única posibilidad), de Is 2,2-3;45,14;60,1-6 la
gloria del nacimiento y las ofrendas presentadas a Jesús, del Sal 72,11 el tema
de que los magos se postran ante Jesús, y cita al profeta Miqueas 5,1-3
haciendo algunos ajustes inspirado en I Cro 11,2.
Por eso, los que han escuchado
las lecturas de hoy recordarán que la primera es Is 60,1-6 y el Sal 72 (una
parte) porque precisamente son las que usa Mateo para hacer su midrash, así que
calzan perfectamente en el tema central.
Como todo midrash posee una gran
cantidad de simbología pues esa es parte de la idea al unificar los textos,
tratar de darles un nuevo sentido revestido de imágenes que le apoyen.
Antes de ver la estructura del
texto, es importante notar que Mateo nos ubica espacialmente, nos dice que el
nacimiento es en Belén de Judea, la idea de enfatizar que es Judea tiene tres
razones:
a. Que
no se confunda con Belén de la tribu de Zabulón (cf. Jos 19,15).
b. Qué
es la tierra de David y el Mesías habría de nacer en la misma tierra que el
gran Rey (cf. I Sm 20,6).
c. La
que el mismo Mateo citará del profeta Miqueas que de Belén nacería el liberador
de Israel.
Ahora sí, el texto está
estructurado en cuatro partes:
i.
Los magos (vv 1b,2): Mateo solo habla de unos magos, no dice si
son tres, cuatro o quince, serán las tradiciones posteriores las que le den el
número en mucho influenciados por un manuscrito itálico que habla de los
famosos tres personajes: Melchor, Gaspar y Baltasar, pero ha de decirse que es
un manuscrito no inspirado sino popular, así que no tiene valor en cuanto al
texto del Evangelio.
Mateo tampoco dice que sean Reyes, esa tradición nació
porque el texto del Sal 72,10 que vimos el evangelista usa para construir el
midrash dice “… todos los reyes se
postrarán ante él”, así que no sabemos si eran reyes o no, el título se los
dio la tradición popular.
Estos magos dice Mateo reconocen que ha nacido
un Rey y lo buscan, como ya se dijo el midrash puede estar hechando mano del
texto de Nm 22-24 y otros textos como Nm 9,15-23, para justificar la estrella o
bien puede pertenecer a la costumbre de oriente de que cada vez que nacía una
nueva estrella era porque nacía un rey; otra posibilidad, muy remota es la de
algún fenómeno natural que justificase el hecho [2], lo cierto es que Mateo
deja claro que para los paganos “ha nacido un rey” y quieren adorarlo.
ii.
Herodes y Jerusalén (vv. 3-6): Ahora viene la
contraparte de los “magos”, el poder político y religioso de los judíos que no
reconocerán a Jesús. Herodes convoca a los que conocen las Escrituras:
sacerdotes y escribas y estos le confirman que efectivamente en Belén nacerá un
Rey y para ello Mateo juega con Miqueas y Crónicas para formar la profecía de
su versículo 6. Los judíos sabían que en Belén nacería el Mesías, pero aun así
no creyeron, subraya en su midrash Mateo.
iii.
Herodes y los Magos (vv.7-8): La vida de
Herodes fue complicada, en general fue un hombre inseguro de sí mismo, lleno de
dudas y sospechas, por eso Mateo coloca la escena de Herodes interrogando a los
Magos, Herodes tiene miedo de ese “rey”, sospecha de que algo se está tramando,
por ello se sobresaltó en el v. 3 y por ello pide a los “magos” volver con
noticias de él. Nótese que si el texto fuese totalmente histórico Herodes
podría haber enviado a quien él quisiera a averiguarlo, sus sacerdotes
inclusive, pero no, estamos en un midrash y eso no cabía dentro de la estructura,
aquí era importante ver las posiciones antagónicas entre los magos y los
judíos.
iv.
Los magos, nuevamente (vv.9-11): Ni siquiera
la corta distancia entre Jerusalén y Belén (8 Kms) hizo que Herodes fuese o
enviase sus delegados, sin embargo los paganos siguen su ideal (estrella) no
van a claudicar hasta llegar al lugar de la manifestación (epifanía). Dato
interesante es la frase “se llenan de alegría”; Mateo sigue afirmando como los
pueblos paganos se alegran al conocer a Jesús, encuentran su alegría.
El
encuentro con Jesús es simple, sencillo, sobrio, no necesita de más; Mateo
afirma la maternidad de María (al respecto del tema de la semana anterior); los
magos se postran, a lo largo de la Biblia solo ante un Rey se ha de postrar
alguien, la intención de Mateo es clara. Los regalos son productos y regalos
propios de Oriente (cf. I Re 10,2.10; Is 60,6; Sal 72,10-11.15 que forman parte
del midrash), la Tradición de la Iglesia le ha dado un valor especial a los
regalos, pero esto es muy posterior: oro la realeza de Jesús y su distintivo de
Rey; incienso la divinidad de Jesús y su ser Sacerdote y mirra el símbolo de su
sepultura y de su ser Profeta.
Finalmente
los magos se van por otro camino porque en “sueños” así les fue dicho. El “sueño”
en la Biblia significa “la voluntad de Dios”, Mateo no está interesado en
alargar su historia, ya dejo claro lo que quería, Jesús fue ignorado por los
judíos y aceptado por paganos, ahora solo los deja ir, nada dice de Herodes ni
porque no manda a buscar a los magos, ya eso no es importante para Mateo, de
Herodes se encargará con otro midrash el de la matanza de los niños inocentes.
Así las cosas, como vemos estamos ante el genio literario del autor quien logra unificar una serie de textos del Antiguo Testamento para dar vida a una idea fundamental de su catequesis, pero sobre todo para reafirmar a sus lectores que Jesús nació, estuvo entre nosotros y desde su nacimiento es Dios, Rey de Reyes, que en último término es lo realmente importante, Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, el Salvador ha nacido, grita Mateo en su midrash y es hora de que lo comprendamos y no seamos como Herodes y los suyos. Poca importancia tiene el que no hayan existido magos, o estrella, eso es secundario y no altera en nada la fe, lo realmente importante la verdad que se esconde es la de nuestra Salvación en ese niño que ha nacido y se ha manifestado (epifanía) para todos nosotros.
Por ello Pablo en la segunda
lectura es tan claro con los Efesios “que los gentiles sois coherederos, miembros
del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del
Evangelio” (Ef 3,6), los efesios son gentiles (paganos convertidos) y a
ellos también les alcanza la Salvación, porque Jesús no vino solo para unos
sino para todos, que es otro gran significado de la Fiesta de la Epifanía, la
Salvación es para todos.
La Epifanía evoca ese primer
momento cuando ante nuestros ojos fue visible la salvación tal y como en Lucas recita el anciano Simeón “… porque mis ojos han visto tu salvación”
(Lc 2,30), es ese momento maravilloso donde Dios se hace visible al hombre,
cuando las miradas de ambos Creador y Creatura se cruzan por primera vez y como
los magos solo es posible para la creatura postrarse ante Él. Para encontrarle “el
sazón” a la epifanía tenemos que quitarle tanta pompa e imagen y quedarnos con
lo importante, ese encuentro personal con Dios que ha venido a nuestro
encuentro para salvarnos a todos, sin diferencia alguna, a todos.
Paz y Bien
JAVC
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