"En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios, todo se hizo por ella y sin ella nada se hizo"Jn 1,1-3b

lunes, 15 de julio de 2013

El Buen Samaritano: La clave del 3 (Lc 10,29-37)


La Parábola del Buen Samaritano es un texto exclusivo de Lucas y lo coloca con mucha precisión después del “Gran Mandamiento” que sí aparece en Mateo y en Marcos (cf. Mt 22,34-40; Mc12, 28-31). Es una parábola muy bien construida con una serie de signos claramente diseñados para dar un mensaje claro. En el Evangelio de Mateo Jesús está hablando con saduceos y los fariseos al darse cuenta que estos no pudieron discutir con Él intervienen y Jesús les responde con el mandamiento. En el caso del Evangelio de Marcos quien le habla a Jesús es un escriba. El uso de los personajes responde la mayoría de las veces a los destinatarios del Evangelio. Siendo Lucas un evangelio dirigido principalmente a “gentiles” es decir a personas que se iniciaban en la fe en Cristo, Lucas coloca como interlocutor a un legista, una persona que maneja a perfección la ley de Moisés, esto con el claro fin de demostrar que Jesús no solo conoce la ley sino que con sus palabras la perfecciona llendo más allá de lo que los mismos expertos “legistas” pueden comprender, sin duda es un elemento catequético en el texto.

 El tema del robo no debe sorprender pues se conoce bien la existencia de grupos que asaltaban a los viajeros en su camino hacia Jerusalén, Jerusalén está a 740 mts de altura y Jericó aproximadamente a 350 mts, exactamente a la mitad del camino (unos 30 kms separan ambas ciudades) existía un lugar que se conocía como la “subida de sangre”, sitio sumamente peligroso y en el que ocurrían terribles asaltos, así que Jesús no está haciendo más que valerse de una realidad social (como la mayoría de las veces) para dar su mensaje.

 Inmediatamente aparecen 3 personajes: Un sacerdote, un levita y un samaritano. Estos 3 personajes representan 3 posibles categorías sociales, siendo la del sacerdote la “más alta” y la del samaritano la más baja, pues recordemos que los judíos no se llevaban con los samaritanos y cuando se dice no se llevaban, es que realmente la relación era muy complicada, por cuestiones históricas básicamente.

 Ese 3 no es una coincidencia, ni tampoco significa que tenemos que imaginarnos a los tres, estamos frente a una parábola, no es un hecho histórico, es una forma de narrar una forma de transmitir el mensaje. Ese 3 representa a todos, a todo el pueblo, a todas las gentes, si quisiéramos verlo hoy, a toda la Iglesia.

 Ciertamente Jesús se vale del texto para dar una lección a los judíos, que tanto discriminaban a los samaritanos, no debe haber sido sencillo para el legista que escucha a Jesús recibir esa “pedrada”, pero en el fondo la intención de Jesús no es deslegitimar el sacerdocio y tampoco exaltar a los samaritanos, ninguna de las dos iría en la línea de lo que Él predicaba.

 El mensaje de Jesús está en clave de 3: por eso pregunta ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo…? (Lc 10,36a).

Jesús sabe que los 3 deberían de ser prójimo, pero no es así. Para Jesús ese 3 representa la totalidad de su pueblo, ese que él desea que comprenda lo que había dicho más atrás “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27) pero la ceguera de los egoísmos, de las luchas sin sentido, de una ley mal interpretada (cf. Lv 21,1) no les permite amar. No entraremos acá en el detalle pero ojo al “como a ti mismo”, eso no se puede perder de vista, no se da lo que no se tiene.

 Ese 3 es en el fondo el deseo de Jesús de mostrar que la caridad no tiene fronteras, que debe ir desde el “más alto” nivel hasta el más “bajo”, amar no conoce las fronteras sociales en el mensaje de Jesús; es 3 nos interpela a usted y a mí, sea o no sea cristiano, ese 3 es la responsabilidad que asumimos al existir y tener a un semejante.

 Cuando al finalizar la parábola Jesús le dice al legista: “Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37d) es una invitación a formar parte de ese pueblo que Jesús quería, ese 3 de Jesús, en lugar de dejarlo en la pura lección que ya le había dado al legista, siendo Él primero en poner el ejemplo, con todo amor lo invita a unirse a quienes aman sin medida, porque comprenden que eso es lo que Dios quiere. El legista no es culpado, es invitado a unirse, como también lo sería sin lugar a dudas el sacerdote; por eso no se vale hablar mal de estos, porque ellos representan las ovejas pérdidas de Jesús y a ellos se les atrae con el testimonio de amor, no con el juicio. Esas ovejas pérdidas podemos ser usted o yo, lo hermoso es que al final está la oportunidad de cambiar “de hacer lo mismo”, que no es otra cosa que Amar como Él nos ama.

Ese 3 no es una división, es un mensaje para que todos nos unamos en lo único en lo que siempre habremos de coincidir, que en el amor que se recibe pero sobre todo en el que se entrega reside la felicidad.

 

Paz y Bien,

JAVC.

1 comentario:

  1. Que fácil ubicarnos en el contexto hoy, que difícil resulta, por el contrario, cumplir el mandato. Máxime cuando nos cuesta tanto reconocernos igualmente necesitados, aludiendo cierta superioridad... O bien sintiéndonos tan carente, incapaces de dar... Un galón de orejas para todos...

    ResponderBorrar