"En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios, todo se hizo por ella y sin ella nada se hizo"Jn 1,1-3b

domingo, 2 de marzo de 2014

Lectura del libro de Joel el miércoles de ceniza


Llama la atención la lectura de algunos versículos del libro de Joel este próximo miércoles de ceniza y dado que rara vez este libro aparece en la liturgia, aprovecharemos para contextualizar un poco sobre él.

Iniciemos diciendo que su fecha de composición no está definida y va desde autores que lo ubican en el siglo IX a.C (Credner, Bic, otros)  en el siglo VII o VI a.C y aquellos que lo datan hacia el 400 a.C (Vatke, Schokel, otros). La exégesis actual se inclina por esta última fecha.

Con respecto al autor los especialistas han llegado a inclinarse por pensar en un solo autor, no precisamente presencial, es decir no es Joel mismo quien escribe sino que el libro lleva el nombre del personaje principal de los eventos que se narran, es una creación literaria con la que profetiza.

El libro tiene un tema central: una terrible plaga de langostas que es un riesgo inminente para la agricultura del pueblo (1,2-13), junto a esta terrible plaga hay otra menor, la sequía (1,14-20) y esas plagas juntas hacen pensar en una peor “porque está cerca el día del Señor” (1,15).

Cuando el juego imaginativo inicia Joel ve en la plaga de langostas un ejército aguerrido y ordenado que conquista la ciudad (2,1-11).

Tal catástrofe pone al pueblo en una situación de conversión profunda, que exige de todos una jornada de ayuno y penitencia para lograr la compasión divina (2,12-17), esta es precisamente la lectura que se hace el miércoles de ceniza. Las razones para colocar esta lectura en la liturgia de la palabra son obvias es un llamado a la conversión que tendrá respuesta más adelante pues en 2,12-19 pues a partir de un oráculo Dios pondrá fin a la plaga y a la sequía y las bendiciones tradicionales regresan a la tierra.

A partir de esta acción de Dios Joel coloca el evento de forma poética en un nivel de categoría religiosa es el “día del Señor” momentos de la historia en los que Dios interviene libremente, haciendo juicio, salvando o castigando.

Hacia el final del libro, Joel desarrolla una poesía profética de la forma en que Dios ha salvado a su pueblo y coloca algunos otros elementos políticos, económicos y sociales.

La lectura del libro de Joel puede verse guiada con el siguiente comentario de Schokel y Sicre [1]

Joel participa de la idea de que el día del Señor es terrible. En comparación con él, la plaga de la langosta y la sequía son males pequeños. Pero Joel está convencido de que el “Señor es compasivo y clemente, paciente y misericordioso y se arrepiente de las amenazas”(2,13) Para él la catástrofe presente no es signo de un castigo mayor. Anticipa una era de bendición y salvación para el pueblo.

Joel es una historia de esperanza, inicialmente revestida de una tragedia agrícola fruto del “pecado del pueblo” como es común en la teología posterior al exilio, por ello es necesaria la penitencia y el ayuno, pero el mismo Joel sabe que el “dia del Señor” (que es una figura no para hablar de un día en sí mismo sino de la acción de Dios) ha de ayudarles y salvarles de tal catástrofe; pero en ese día puede darse lo bueno o lo malo, dependerá de lo que el pueblo haya hecho, en el caso de Joel, quizás contrario al concepto de “día del Señor” en Jeremías y Sofonías, será un día de bendiciones, tal cual sucede pues las plagas son exterminadas por Dios.

Joel es el libro profético que de alguna forma nos muestra la fuerza del ayuno y la penitencia a los ojos de Dios, es un ayuno y penitencia que “mueve el corazón de Dios” para lograr las bendiciones de Este.

Este próximo miércoles cuando escuchemos la primer lectura, esta de Joel 2,12-18, recordemos que lo que ahí está sucediendo es que Joel está a través de un oráculo pidiendo que el pueblo haga  ayuno y penitencia para eliminar el terrible evento de las plagas que consumen la ciudad, las cuales han llegado porque el pueblo se ha olvidado de Dios y sus mandatos, por ello escucharemos que dice “…volved a Yahvé, vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, lento a la cólera y rico en misericordia…” (2,13b).

No pretendo hacer relación con las otras lecturas de miércoles ni explicar la cuaresma y su razón de ser, tanto litúrgica como bíblica pues estoy seguro en las homilías del día los responsables lo harán, tampoco pretendo hacer interpretaciones del libro de Joel aplicadas a la vida del cristiano, solo me propuse compartirles algunas ideas sobre el contexto del libro, pues por lo general es lo que menos se explica y por tanto lo que menos se entiende en el correcto contexto.

Espero que  una mejor comprensión del libro de Joel ayude a su reflexión a partir del Evangelio de miércoles que nos invita a una actitud de reflexión durante estos próximos cuarenta días.

Saludos,

JAVC.

[1] L. Alonso Schokel; J.L Sicre, “Profetas II”.

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