"En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios, todo se hizo por ella y sin ella nada se hizo"Jn 1,1-3b

domingo, 30 de marzo de 2014

Don Porfirio el guarda


Eran cerca de las 7 de la noche del miércoles, la vida me permitió conocer a Don Porfirio el guarda de un hotel. Don Porfirio tiene 42 años, casado y con tres hijos, uno de ellos con una enfermedad progresiva que inevitablemente le llevará a la muerte. Según sus propias palabras viven en una casita alquilada de 10 x 10, es lo que alcanza para pagar y durante su jornada de trabajo quizás come algo de arroz y frijoles, pues la comida la deja en casa para su esposa e hijos.

Ha hecho de todo lo honorable posible para sostener su familia, peón, recoge basura, soldador, pintor y otras muchas, hoy es guarda nocturno y al salir de su jornada a eso de las 6 de la mañana en lugar de dirigirse a su casa va a su otro trabajo como lavador de carros, después regresa a casa descansa un poco y sigue su vida.

En el devenir de la conversación (la cual me apuré a escribir luego en una hoja para no olvidar al menos sus ideas) Don Porfirio me comentó ser un creyente profundo en Dios, pero rápido advirtió a decir: y nada más; casi que previendo que yo le preguntara sobre alguna religión específica, sin embargo al oírlo hablar se escuchaban retazos de catolicismo, me decía: Hay noches donde lloro profundamente de impotencia, pero mi mente recuerda las peripecias de José cuidando a María y a Jesús y siento como que todo pasará y que lo que hoy vale la pena; y así se dejó decir unos cuantos.

Como el más impertinente no me pude callar y le dije: ¡Pero Dn Porfirio usted es más católico que yo!, ah inocencia la mía; sus ojos me miraron con una profundidad simplemente inexplicable y después de unos segundos y de poner una de sus manos en mi hombro, con toda la humildad que su apariencia podía expresar me dijo: ¿Quién es Católico?, a su pregunta se me ocurrieron cualquier cantidad de razonamientos, pero en el fondo sabía que nada serviría, a partir de aquí Dn Porfirio tomo control de la conversación, y palabras más o menos me dijo:

“¿Llamas católico a aquel que va a misa?, porque yo lo hacía, e iba a misa, y durante años pase esperando un hombro en cual llorar en medio de mis temores, pero solo encontré un montón de gente que repetía oraciones y señores muy finos que sacaban mucho dinero para la ofrenda mientras mi estómago pedía una pieza de panito (pan), o ¿llamas católico a aquellos que rezan muchos rosarios? Porque yo fui a muchos donde mi esperanza se alimentaba vagamente mientras unos que hoy no sé dónde están pedían por mí, pero la cosa estuvo igual”

A este punto iba recordando las palabras del Obispo Giraldi “¿Cómo se le habla del amor de Dios a un hombre con el estómago vacío?”, Dn Porfirio siguió su homilía:

“Nunca he visto a los católicos más cerca de ser católicos que durante la cuaresma, nos visitan en casa, nos comparte de su comida, que viene de su ayuno, se llenan de una caridad impresionante y nos sonríen, se preocupan por nosotros, dicen que misionan y que evangelizan, cuando vivo eso me digo, que lástima que no es cuaresma todo el año, porque entonces Sr. Andrés aún sería católico, pero no eso no pasa, después pasa todo y será hasta el próximo año”

Para este momento ya las palabras de Francisco se hacían gigantescas: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”

En medio de su humildad Dn Porfirio terminó: “Perdone sr Andrés si lo ofendo, pero no entiendo como aquello que Jesús enseñó solo se vive una vez al año y el resto del tiempo se reduce a una misa o una reunión, u oraciones que poco pan dan y poco consuelo llevan No tengo nada contra ninguna religión, pero para rezar no necesito estar en una, de estarlo es porque en ella encontraría hermanos y hasta ahora no ha pasado” por eso Sr. Andrés le pregunto ¿Quién es católico?

Para este momento toda palabra que cualquiera hubiese pronunciado era innecesaria, Dn. Porfirio me había dado la homilía de la Vigilia Pascual por adelantado.

Yo sé que no es lo mismo escribir esto que escucharlo de la fuente y quizás usted ya este analizando a Dn Porfirio y encontrándole “la conva al palo”, pero lo cierto es que lo dijo y al menos yo sí me sentí interpelado.

En un momento en que Francisco grita desde Roma aun en contra de muchos de su mismo “equipo”, que debe ser una “Iglesia pobre para los pobres” es inconcebible como podemos seguir siendo tan ciegos al mensaje del Evangelio. Que cómodos que estamos en las posiciones imperiales y medievales que todavía mojan la vida de iglesia (minúscula intencional), que miedo que se tiene de dejar la zona de confort donde la jerarquía se pinta de poder sobre el otro por una simple aberración a la lectura de los evangelios, en mucho acomodada a los intereses propios; que egoísmo se cierne sobre nosotros que no “tenemos tiempo” para el otro creyéndonos la idea que debemos ir construyendo nuestra felicidad a punta de sacrificar la fraternidad; que lindo ser el que habla en cuatro paredes y hacer amigos allí, que cómodos nos ponemos; ¡que fariseos que nos hemos vuelto! ¿Qué diría Jesús?...

Razón lleva Dn Porfirio de advertir católicos de cuaresma, que fácil dar durante 40 días, pero una sana catequesis, nos debería enseñar que la conversión es una actitud permanente y que debe alimentarse día a día, y solo es posible en el otro y por el otro, dando todo lo que somos a los otros.

Sin caridad, la misma Liturgia que ocupa el centro de la acción de la Iglesia, pierde todo el sentido; si la Liturgia en todas sus manifestaciones no se alimenta del y alimenta al amor, es un simple rito vacío; ¿para que la ceniza en la frente si no se entiende que el mensaje de conversión es primero un llamado a amar como Jesús ama?

Aún le quedan un par de semanas a esta Cuaresma como tiempo litúrgico, pero que hermoso sería que no se acabara nunca en las acciones para con los otros, en todo caso ¿Cómo vivir la Resurrección sin fraternidad?

Quizás nunca más vuelva a hablar con Dn Porfirio, quizás él nunca podrá dejar la carga de su pobreza extrema, pero ese hombre me ha recordado que Dios está más allá de una doctrina o una teología. Gracias Dn Porfirio por su sabiduría!!! Un abrazo a la distancia y mi dependencia y de todos los que esto leemos de su oración, tal como se lo pedí.

¡Gracias!

JAVC

No hay comentarios.:

Publicar un comentario